Sergei Polunin
Foto: Thomas Whiteside para Interview
“Tuve que destruir, para construir”
Sergei Polunin
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Algunas veces por sorpresa, y sólo algunas veces, se abre ante nosotros una gran descarga de belleza. Si además esa misma belleza contiene rabia, tristeza o profunda inquietud, nos hiere como una flecha directa a lo más íntimo.
Sentí ese flechazo al ver la famosísima perfomance de Sergei Polunin, bailando “Take Me to Church” de Hozier. El minuto final es la expresión de un grito intenso y desgarrador. Pensé que alguien capaz de transmitir con el vuelo de su cuerpo tal torbellino de emociones, debía ser un espíritu muy, muy especial.
Bailarín: Sergei Polunin. Video: David LaChapelle. Música: Hozier.
Busqué su trayectoria de baile, artículos sobre él, entrevistas… y me cautivó su carisma; el personaje con todos los sacrificios profesionales y su valentía al cambiar el podio por la libertad.
La imagen transgresora de Sergei Polunin aporta nervio y emoción a la danza clásica, y su potente estilo convierte el ballet en arte moderno.
Es fascinante el dramatismo de su danza y la ligereza que lo acompaña; lo que parecen imperfecciones de su baile, provocadas conscientemente desde un absoluto perfeccionismo. Su potencia y sutilidad al mismo tiempo. Su terribilità y la delicadeza que transmite.
Él, es una maravillosa paradoja.
Algunos lo definen como “The bad boy of ballett”; no estoy de acuerdo. Creo que esa etiqueta proviene de mentes cuadriculadas y de los puristas rígidos, obsesionados con las normas y corsés de lo que es correcto y lo que no. Ensimismados en su propio círculo y dispuestos a criticar cualquier paso que se desvíe de sus caminos acotados.
Pero afortunadamente existen espíritus rebeldes, que partiendo de todo lo aprendido crean su propia escuela, su lección magistral.
Ellos, aportan a nuestro mundo nuevas e infinitas versiones de belleza. Tantas, como hay en cada forma de sentir y vibrar.
Foto: Mario Sorrenti para Vogue Hommes
Sergei Polunin nació en el año 1.989 en Cherson, Ucrania.
La madre advirtió muy pronto el talento de su hijo, y lo inscribió en una academia de gimnasia artística. Pocos años después, escribió una petición de audición a la Kiev State Choreographic Institut. El tribunal quedó impactado con su interpretación y a partir de ese momento comenzó su proyección artística.
En el año 2.003 , gracias a la Fundación Rudolf Nureyev, se trasladó a Londres y entró en la prestigiosa British Royal Ballett School.
A los 19 años se convirtió en el bailarín principal, siendo el más joven en la historia del Royal Ballett.
Los críticos situaban su técnica y su temperamento, sus saltos perfectos y su baile casi arrogante al nivel de leyendas como Nureyev o Nijinsky. Algunos afirmaban que era incluso mejor. Entonces, en la cima de su carrera y con sólo 22 años, dejó el Royal Ballett y abandonó todo.
En el año 2.014, para despedirse de su público, rodó un vídeo realizado por el fotógrafo David LaChapelle, donde suena el tema “Take Me To Church” de Hozier.
En él, utiliza las medias rasgadas como símbolo, y exhibe orgullosamente sus numerosos tatuajes, anteriormente cubiertos con maquillaje de teatro durante sus representaciones clásicas.
El vídeo fue visualizado y compartido por más de 20 millones de personas. Este gran éxito y el apoyo de millones de fans, lo coronó como ídolo de la danza e impulsó un nuevo recorrido artístico. “Me di cuenta de lo poderosa que era la danza. Estaba en un momento oscuro y fue muy importante volver a sentir esa sensación, a conectarme conmigo mismo. Tuve que destruir para construir”
El documental autobiográfico “Dancer”, recoge su trayectoria artística y humana desde la infancia hasta el año 2016.
Foto para el documental “Dancer” de WestEnd Films, dirigido por Steven Cantor.
“Los tatuajes para mi representan la libertad, me tatúo cuando estoy con en ánimo bajo, cuando estoy triste.
Un tatuaje me hace sentir vivo, me proporciona una adrenalina única”
Polunin ha convertido sus tatuajes y escarificaciones en recuerdos de lo que ama y admira, de sus fantasmas y heridas de vida .
Hacer un recorrido a lo largo de su piel, es recorrer también su historia.
Hizo su primer tatuaje bajo las cicatrices que ahora cruzan su pecho. Parece que no era muy bueno y decidió borrar el color. Él mismo se hizo una escarificación vertiendo ácido sobre su piel, donde quedaron las heridas que simulan el zarpazo de un tigre.
En su torso tatuó un Kolovrat, un símbolo solar pagano con más de 25.000 años de antigüedad. Representa el poder del sol, la victoria de la luz sobre la oscuridad, el movimiento perpetuo y eterna renovación de vida.
Otro tatuaje en su torso es “The Grim Reaper” o representación de la muerte
Bajo la malla, asoma una parte del tatuaje con la frase: “I am not a human. I am not a god. I am who I am”.
En su mano derecha tatuó el escudo de Rusia con el águila bicéfala y la imagen de San Jorge venciendo al demonio.
Su tatuaje preferido está en el hombro derecho, es el retrato de Igor Zelensky, su maestro y mentor. Sobre él, figura el nombre de un actor al que admira, James Dean.
Foto: Lorenzo Agius
Bajo las cicatrices de escarificación de su espalda, tatuó la frase “Forgive Me Tiger” como recuerdo a su rol en la obra de repertorio clásico “La Bayadere”, donde interpretó el personaje de Solor, el guerrero que mata un tigre.
“Mad House” es un guiño que hace referencia a la locura.
Todavía dos tatuajes más en su espalda: la iglesia donde fue bautizado en Kherson, Ucrania, y una escarificación en forma de lluvia cayendo sobre la palabra “Memories”, y la frase: “Life is a short trip”
Foto para el documental “Dancer”
Tatuado en su hombro izquierdo, el rostro de Heath Ledger en el personaje “The Joker” de la película “Dark Knight”.
Casi escondida tras el pantalón, una cabeza de lobo como recuerdo de la obra “Peter and The Wolf”, la primera que interpretó en el Royal Ballett como primer bailarín, cuando tenía tan sólo 19 años.
En el antebrazo, el nombre de su amigo Mickey Rourke”
“Me fascinaban los personajes de Mickey y mi madre siempre refería malos ejemplos sobre él. Me decía: ‘Si vas a hacer esto, terminarás como Mickey Rourke’ y cosas por el estilo. Yo pensaba: Wow! Si mi madre dice que es malo, debe ser realmente bueno. Mencioné esto en alguna parte y alguien se lo dijo a Mickey. Él me llamó para felicitarme por mi cumpleaños. Me sorprendió”
“Todavía no sé por qué nos encontramos, pero creo que hay una razón para todo.Yo creo en nuestra extraña conexión “
Foto: Jacob Sutton
Foto: Jacob Sutton
Foto: Jacob Sutton
Foto: Albert Watson
Foto: Albert Watson
Antes de la sesión fotográfica para Polunin, Whatson estudió la obra de Miguel Ángel y Caravaggio. Las imágenes revelan estas influencias con un aire contemporáneo, retratándolo como si fuera una escultura.
Durante las tomas en movimiento, Whatson utilizó chifón negro para agregar textura y dramatismo a las imágenes de baile. Al principio, Sergei giraba alrededor de la tela en lugar de saltar hacia ella. Esto quedaba perfecto en el vídeo pero resultaba demasiado rápido para una fotografía. Para resolverlo, Whatson pidió a sus ayudantes que subieran a unas escaleras y que soltaran la tela al mismo tiempo que Sergei saltaba hacia ella.